Los métodos actuales de recolección de aceitunas han variado en gran medida en los últimos años. La incorporación de nueva maquinaria ha facilitado la labor de cosecha permitiendo la obtención de una mayor cantidad de frutos en menor tiempo.

Este aumento de productividad no sólo depende de dicha maquinaria, también dependerá del relieve del terreno donde se encuentra el olivar y del tipo de plantación. A continuación resumimos las principales formas de recolección actuales para obtener las distintas variedades de aceite de oliva.

La recolección de las aceitunas se realiza de forma anual, debiendo realizarse en el momento de madurez óptimo de éstas, de modo que se pueda obtener su mejor zumo, el aceite de oliva virgen extra.

Lo idóneo es la realizar una recolección temprana, es decir, cuando la aceituna está en envero (entre verde y morada). Es entonces, si no está afectada por plagas, cuando ofrece sus mejores propiedades organolépticas, cuando sus atributos de frutado están más acentuados.

En este momento idóneo también influyen las condiciones meteorológicas, pudiendo retrasar la recolección de forma significativa un periodo de lluvias, o de altas temperaturas, las cuales impiden una extracción en frío del aceite de oliva, fundamental para mantener sus propiedades organolépticas.

Una vez que todo está dispuesto llega la actividad recolectora al olivar pudiendo realizarse de la siguiente forma.

 

El ordeño

Método tradicional para la recolección de la aceituna que se destina a la aceituna de mesa. Para ello hacen uso de escaleras para acceder a todas las partes del olivo y recolectar sus frutos manualmente con la ayuda de bolsas que cuelgan del hombro, llamados “macacos”. Aunque se obtiene la aceituna con un daño mínimo, se trata de un proceso lento para el que se necesita mucha mano de obra. De forma muy marginal esta herramienta se utiliza también para producir aceite de oliva virgen extra en pequeños olivares y de gestión familiar.

El vareo

Es el método tradicional en la recolección de aceitunas para aceite de oliva, siendo aún en la actualidad el más conocido y practicado. Sobre una malla, lienzo o tela grande que ocupe toda la superficie del olivo, los recolectores dan golpes a las distintas ramas con una vara o palo largo provocando la caída de las aceitunas sobre dicho lienzo.

Antiguamente esas varas eran de maderas, pero la invención de nuevos materiales como la fibra de vidrio, ha permitido reducir significativamente su peso, y en consecuencia, facilitando en gran medida esta labor.

Aunque este sistema es más rápido que el anterior, hay que saber realizarlo porque si no se corre el riesgo de dañar al olivo.

Una vez se haya repasado el olivo, otros recolectores recogen el lienzo con las aceitunas y la depositan en un canasto tirado por un tractor, que las llevará a un remolque de mayor tamaño en la linde del olivar que espera a ser llenado para llevarlo a la almazara.

Vareador mecánico

El sistema es similar que el anterior en cuanto al uso de lienzos o mallas en el suelo que abarca el olivar, con la única diferencia en la herramienta de recolección. En este caso son vareadores tipo mecánicos en forma de rastrillo o peine, que gracias a su motor eléctrico o de gasolina, se introduce en las ramas de los olivos logrando más fácil y rápido la caída de las aceitunas en el lienzo.

A la mayor rapidez hay que sumarle el menor peso respecto a la vara, de modo que facilita la tarea al recolector.

 

Vibrador mecánico de tronco

Este método de recolección mecanizada consiste en el uso de una pinza articulada por un tractor que abraza el tronco del árbol y lo agita durante varios segundos, haciendo soltar las aceitunas de las ramas.

Este sistema suele ser un complemento con los vareadores mecánicos que hacen un repaso rápido de todas las ramas de cada olivo, garantizando así una recolección completa de las aceitunas.

 

Vibrador mecánico de tronco con paragua

Este sistema es una variación de la anterior, ya que a la pinza se le incorpora un lienzo invertido que rodea íntegramente el olivo, recuperando el fruto sin que toque ni siquiera el suelo, pasando a su descarga en un remolque o camión para su traslado posterior a la almazara.

Este tipo de recolección se usa en plantaciones con nula o poca pendiente, y con olivos a un solo pie o 2 pies, tanto de tipo tradicional como intensivo. El coste es menor que en la recolección completamente manual y bastante eficiente en cuanto al porcentaje de desprendimiento, logrando también una optimización de entrega del fruto, tanto en tiempo como en frescura y máculas.

No obstante, la eficiencia de este sistema está muy determinado por la variedad del olivar, ya que no todas las variedades de aceitunas se desprenden fácilmente. La incorporación de esta maquinaria hace que este sistema sea habitual en grandes explotaciones o gestionadas por empresas agrícolas.

 

Cosechadora

Se trata del sistema habitual en plantaciones superintensivos, en los que los olivos se sitúan en hileras continuas en forma seto, lo que permite el uso de cosechadoras automáticas en forma de u invertida, capaces de realizar una recolección mecanizada completa sin necesidad de mano de obra, ya que a través de transportadores alojan directamente las aceitunas en remolques.

Supone un ahorro muy importante en costes de recolección, pero su aplicación está limitado a este tipo de plantaciones y a variedades concretas.

 

Como se recolecta en Oleoestepa

En las más de 70.000 hectáreas del territorio que conforman las 19 almazaras asociadas habita un bosque de millones de olivos. Se trata de una gran superficie muy diversa en su orografía, disponibilidad de regadío y tamaño de las plantaciones, factores claves a la hora de determinar el sistema de recolección más eficiente.

No obstante, hay un vínculo común: el compromiso por un cultivo sostenible medioambientalmente, la obtención de un fruto sano, su recolección en el momento óptimo de madurez, en envero, y su entrega lo más rápida posible en las almazaras asociadas, donde le espera la última tecnología para extraer de forma óptima su zumo.

Aunque el olivo es un árbol característico del clima mediterráneo es capaz de soportar periodos de frío. Sin embargo, requiere de una serie de cuidados como la poda tras la campaña de recolección de sus frutos, para mantener el equilibrio entre sus funciones vegetativas y reproductivas.

La poda del olivo influye en la recolección de su fruto: las aceitunas. El objetivo es obtener una buena cosecha para producir un aceite de oliva de máxima calidad.

¿En qué consiste la poda de un olivo?

Consiste en la eliminación de todas las partes inservibles, de aquellas ramas y hojas que obstaculizan su crecimiento normal. Con ello se busca mantener el árbol sano, ampliar su capacidad productiva y permitir un mayor acceso a los frutos esperados, de la que se obtenga el zumo de aceituna, el aceite de oliva virgen extra.

¿Cuándo se realiza la podar un olivo?

Al igual que el resto de árboles la mejor época para realizarla suele ser entre otoño e invierno, pero se ubican en entornos muy fríos, entonces se recomienda retrasarla a finales de invierno (entre febrero y abril). Con ello se evita que el árbol sea más vulnerable a las condiciones climáticas adversas.

¿Cómo se realiza la poda del olivo?

Lo primero a tener en cuenta es que nunca se realiza de la misma manera, siendo de distinto tipo según la edad del olivo.

En los primeros años de vida de la planta se realiza la poda de formación con la que se busca formar el olivo de forma adecuada y permitiendo una recolección fácil del fruto. Para ello, se recomienda atar el árbol a tutores que marquen la altura de la copa, evitando que salgan brotes secundarios, limitando la poda a la zona por debajo de la sujeción. De esa manera cuando el árbol sea adulto tendrá una altura mínima de copa permitiendo la movilidad de los trabajadores a su alrededor.

Cuando la copa del árbol ya está formada se dice que ya el olivo está en su edad adulta. Entonces se plantea una poda de mantenimiento orientada a que el fruto sea lo más abundante posible, quitando las ramas más viejas para permitir el paso a las ramas jóvenes. Es sabido que la luz solar es clave para el crecimiento de la planta, de modo que cuanta más luz llegue a la mayoría de las ramas, mejor será su crecimiento.

En la fase de envejecimiento del olivo sus brotes nuevos son escasos y sus ramas tienen cada vez menos hojas. Es clave entonces realizar una poda de regeneración, que permita mantener una producción óptima de aceitunas durante muchos años. Para ello, es clave la retirada de ramas viejas para dejar espacio.

¿Qué hacer con los restos de la poda?

Las técnicas agronómicas sostenibles implantadas en la totalidad de olivares de la cooperativa Oleoestepa promueven el uso de estos desechos para la generación de cubiertas vegetales.

La incorporación de la cubierta vegetal es una solución sostenible a la protección contra la erosión en el suelo, la cual ejerce un papel bastante negativo en el cultivo puesto que cuando está presente en el suelo provoca la reducción de capacidad del mismo para almacenar agua, así como la disminución de nutrientes. Además, permite la convivencia de insectos, aves, reptiles y demás fauna natural en el olivar, valorizando de este modo la conservación de la fauna y flora ibérica.

Si quieres ampliar información sobre esta práctica agronómica sostenible te invitamos a visionar una interesante ponencia sobre este asunto que tuvo lugar en el marco de ENCUENTROS OLEOESTEPA: https://bit.ly/3cdAqnf

¿Cómo se poda un olivo?

Cuando se realiza una poda es fundamental hacerlo con criterio y conocimiento, sino lo que se conseguirá es dañarlo. Así, el uso de técnicas y herramientas adecuadas en la poda harán que el olivo sólo encuentre beneficios con esta práctica.

Respecto a las herramientas, cuando se trata de un olivo joven puede bastar con unas tijeras de podar y una pequeña sierra. A medida que el olivo va creciendo se podrá hacer uso una motosierra para quitar ramas más gruesas.

En cuanto a las técnicas, ya hemos apuntado que varían según la edad de olivo. Cuando se trata de un árbol joven se eliminan las ramas más pequeñas que salen del tronco para hacer que este crezca recto. Entre los 6 y 12 años se le va dando configuración al árbol, buscando el equilibrio entre una copa frondosa, pero con accesibilidad fácil a los frutos.

En definitiva, la poda es un proceso fundamental que no sólo ayuda a que tenga unas condiciones vegetales óptimas, también a que sea productivo el mayor tiempo posible dando un fruto sano del que se obtenga un aceite de oliva virgen extra de máxima calidad.

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