Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer el próximo 4 de febrero y en el marco de la Responsabilidad Social Corporativa Oleoestepa pone en marcha una campaña informativa y de concienciación sobre la importancia de la incorporación de hábitos saludable a la vida diaria como principal forma de reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.

Durante una semana se van a difundir contenido informativo que sirva para tomar conciencia de lo mucho que está en nuestra mano para ayudar a prevenir el cáncer, aclarar dudas e intentar acabar con algunos mitos que perjudican más que ayudan en esa tarea preventiva.

En esta ocasión nos centramos en la importancia clave de una alimentación sana para reducir los riesgos de sufrir cáncer.

Como se indica desde el Código Europeo Contra el Cáncer, es posible reducir el riesgo de cáncer, hasta en un 18%, a través de una alimentación sana y el cuidado del peso corporal. Un reciente estudio señala que la dieta está directamente implicada en la iniciación y desarrollo de diversos tipos de tumores, como el cáncer de colon o de mama: un 40% de los tumores en hombres y un 60% de los tumores en mujeres tienen relación con la alimentación y más del 30% de las muertes por cáncer se deben a esta misma causa.

 

¿QUÉ PAUTAS DEBO SEGUIR PARA LLEVAR UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE?

Los especialistas recomiendan el “Plato para comer saludable”, propuesto por la Universidad de Harvard, y que está sustituyendo a la pirámide alimentaria que durante décadas ha sido clave en nuestras pautas nutricionales.

 

¿EN QUÉ CONSISTE EL PLATO PARA COMER SALUDABLE O PLATO DE HARVARD?

  • La mitad del plato debe contener verduras y frutas. Intenta meter algo de color y variedad y ten en cuenta que las patatas no cuentan. ¡Aprovecha ideas de la dieta mediterránea.  
  • Un cuarto del plato debe contener granos integrales como pasta integral, arroz integral o patata. También podemos incluir en este apartado las legumbres, que además de ser una buena fuente de proteína, también lo son de hidratos de carbono. Debemos sustituir el pan blanco, arroz blanco y otros granos refinados, por otros de origen integral.
  • La otra cuarta parte del plato debe incluir proteína saludable. Por ejemplo: pescado, pollo, legumbres o huevos. Estas proteínas combinan bien con las verduras y pueden ser mezcladas en ensaladas u otro tipo de recetas. Recuerda: limita las carnes rojas y evita carnes procesadas, como las salchichas o el beicon.

Se aconseja cocinar o aliñar con aceite de oliva virgen extra (AOVE) y evitar los aceites que contienen las grasas trans no saludables (son grasas presentes en bollería industrial o alimentos preparados). En cuanto a la sal, lo mejor es evitar embutidos, snacks, salsas y platos precocinados… todos aquellos productos que suelen contenerla en cantidades muy elevadas.

Para beber, toma agua, café o té. Y en cuanto a la leche y productos lácteos (queso, yogures naturales sin azúcar…) se deben consumir de 1 a 3 raciones al día, teniendo en cuenta que un vaso de leche es una ración de lácteo, un yogur media ración y un triángulo de queso, otra ración.

Lo más importante es enfocarse en la calidad de la dieta. Es más importante el tipo de alimentos que consumimos que la cantidad. Por ejemplo, es más importante que si consumimos aceite sea de oliva que de otro tipo. O que se trate de pan integral y no blanco.

 

¿QUÉ ALIMENTOS DEBO EVITAR?

Para la prevención del cáncer lo más recomendable es no tomar alcohol y eliminar de la dieta los alimentos ultraprocesados (es decir, alimentos muy transformados ricos en grasas y azúcares, como la comida rápida, bebidas azucaradas o repostería envasada hecha con harinas refinadas).

 

¿Y RESPECTO A LA CANTIDAD Y VARIEDAD?

Será diferente para cada persona, en función de su edad , talla y el estilo de vida. Evidentemente, hay personas que tienen necesidades diferentes, como los atletas o determinados enfermos, pero para la mayoría de las personas es bastante parecida. Si tienes alguna duda al respecto, acude a los profesionales sanitarios de tu centro de salud de referencia.

Aunque queda claro que la alimentación está relacionada enormemente con nuestra salud, cabe señalar que ningún alimento, por sí solo, produce cáncer ni puede evitar que desarrolles cáncer.

 

¿POR DÓNDE PUEDES EMPEZAR PARA SEGUIR UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE? 

Puedes empezar poco a poco, introduciendo pequeños cambios en tu alimentación. Por ejemplo, echando menos azúcar en el café. O incluyendo una pieza más de fruta al día, o un plato más de legumbres a la semana. También reduciendo el consumo de refrescos, bebidas azucaradas o alcohólicas y bebiendo agua durante las comidas y cenas. O pasarte al pan integral. Y atrévete a probar nuevas recetas que incluyan más verduras.

En definitiva, la alimentación es clave en la prevención contra el cáncer, y estos pequeños cambios pueden reducir el posible riesgo de desarrollar enfermedad.

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