Francisco Javier del Pozo Gallardo. Historias de maestros

Francisco Javier del Pozo Gallardo

Maestro de almazara de la Cooperativa asociada Agrícola Roda de La Roda de Andalucía (Sevilla).

Hijo de maestro de almazara, su vinculación con la cooperativa va más allá de lo estrictamente profesional. Aunque comenzó a trabajar en esta cooperativa en el año 1991, ya había dedicado algunos años ayudando esporádicamente a su padre, antiguo maestro de la cooperativa.

Tras su jubilación la cooperativa depositó su confianza en él como responsable de la extracción del aceite de oliva en la almazara. Nos cuenta entre risas que “aprendí a base de cabezazos” y con la inestimable ayuda de su padre. “Mis inicios coincidieron con un momento de importantes cambios industriales en la forma de producir el aceite, de las prensas antiguas a un sistema más dinámico basado en batidoras y centrifugadoras, por lo que las recomendaciones técnicas de mi padre pronto quedaron anticuadas”, y reconoce Francisco Javier que “de lo que había a lo que hay hoy no queda nada más que la nave de las máquinas y una centrífuga”.

Este gran cambio en la almazara también se ha notado en sus olores y su comprensión. “Me llama mucho la atención como los olores que antiguamente se consideraban característicos de un buen aceite, ahora se asuman que eran atrojados de mala calidad”, y es que “antes no teníamos ni los conocimientos ni la consciencia de cuidar todos los detalles, por ejemplo, la limpieza. Afortunadamente los trabajos físicos se han terminado, en la gran mayoría de puestos ya no se realiza la misma fuerza que antes, facilitando mucho las tareas y permitiendo concentrarnos en los detalles que pueden echar a perder el aceite en su proceso de extracción”.

Pero la limpieza no es suficiente, “la tecnología es nuestra aliada y el que no quiera entenderlo, no conseguirá aceites de alta calidad” asevera nuestro maestro.

A pesar de todos los cambios realizados, entiende que la mejora es continua, por lo que está inmerso en la implantación de un sistema de trazabilidad integral.

Y haciendo suyo ese compromiso de mejora continua, no ha descuidado su formación en este periodo, realizando cursos tanto de Oleoestepa para formarse sobre la almazara como los cursos de proveedores de maquinaria, con los que conocer todos los secretos de “sus mejores aliadas”.

Durante la campaña su trabajo consiste principalmente en la coordinación de todo para que no falle nada. Durante el resto del año, se dedica a hacer todo el mantenimiento y mejora de la maquinaria, de modo que “todo esté a punto en el inicio de campaña y evitar que no se produzcan problemas”.

En su opinión el secreto de un buen aceite de oliva virgen extra está en el cuidado del fruto. “Si recoges un buen fruto, solo tienes que intentar no estropearlo” evidencia Francisco. “Y por supuesto es clave también contar con un buen equipo y ahí tengo la suerte de contar con grandes profesionales y mejores personas”.

Cuando le preguntamos por alguna vivencia reseñable en la cooperativa Francisco evidencia el hecho de “haber nacido en la cooperativa”. Su padre era el antiguo maestro y vivía en la casa de la cooperativa hasta su jubilación. Aunque salió de su hogar familiar para formar su familia, con su incorporación como nuevo maestro, le fue habilitada su antigua casa familiar y pasó los primeros años con su familia.

Todas las entrevistas de maestros de almazara:https://bit.ly/3g7NtuY

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